Al ver la noticia que los colegios se reabren después del terremoto en Nepal y recibir una posible propuesta para volver a grabar un documental allí, he tenido la necesidad de escribir este post sobre el trabajo que estuve haciendo.
8:25 a.m. Empieza a sonar el teléfono y aún dormido pienso que es el despertador, una práctica habitual en mí cuando me llaman a esas horas. Cojo el teléfono:
Alapont ¿te vas mañana a Nepal?
Termino de acomodarme en el asiento y después de abrocharme el cinturón de seguridad empiezo a tener una sensación de acojone aunque ya no hay vuelta atrás. El avión arranca en la pista de despegue hacía Kathamandú pero esta vez no como cuando fui hace más de seis años con amigos, sino por trabajo.
Acompaño una unidad de intervención y catástrofes (BUSF, Bomberos Unidos), donde bomberos y sanitarios van a realizar labores humanitarias. Mi trabajo es realizar y filmar para una serie documental que está produciendo Primera Plana Producciones. Fueron 12 días muy intensos donde desde el principio vivimos la realidad de un país muy pobre azotado por un gran terremoto.
Pude convivir y ver en primera persona lo difícil que resulta llegar y poder actuar en una zona donde se necesita ayuda. El primer día y medio estuvimos sin poder salir de la zona de aduanas del aeropuerto de Kathmandú hasta obtener los permisos para poder sacar todo el equipo necesario.
Después de la incertidumbre de qué haremos, dónde y cómo, localizaron un campamento de refugiados en Baktapur, zona bastante perjudicada. Allí mismo instalaron un hospital de campaña y nuestras tiendas. Pasamos 9 días en los que dieron asistencia médica, traslado de heridos a hospitales, reconocieron zonas afectadas en la ciudad y potabilizaron agua.
La experiencia fue buena pero dura a la vez, una aventura que no olvidaré, ni olvidaré a la gente de BUSF que acompañé.
La producción de este rodaje fue complicado porque tuve que viajar solo por problemas de plazas en el avión, con las dificultades logísticas que ello implica.
Por ejemplo: la peligrosidad de estar allí, la carga de todo el equipo y equipaje, la necesidad de tener alguien que te eche una mano, recargar las baterías en momentos puntuales con el generador del campamento, la construcción de un “monopie” de bambú y muchos detalles más.
La grabación se realizó con la cámara Sony X3 muy recomendable para este tipo de documentales.
Cuando disponga del teaser de lo que estuve rodando allí lo compartiremos.
